Ya sabemos que el fósforo es uno de los minerales que hay que vigilar en la ERC, ya que un exceso de este en sangre puede llevar a alteraciones del metabolismo óseo mineral, como la calcificación de las arterias.

Es importante conocer las distintas fuentes de fósforo y su biodisponibilidad para controlar los niveles de este mineral.

FÓSFORO ORGÁNICO: Se encuentra naturalmente en los alimentos ricos en proteínas, tanto de origen animal como vegetal.

  • En alimentos de origen animal está presente en carnes, aves, pescados, lácteos y huevos. Se encuentra dentro de la célula, por lo que es fácilmente asimilado y absorbido.
  • El fósforo orgánico de origen vegetal se encuentra en legumbres, semillas y frutos secos. Este se almacena en forma de ácido fítico o fitato. Es necesaria una enzima llamada fitasa para su absorción y esta no está presente en el ser humano, por lo que su biodisponibilidad es baja, no llegando al 50 %.

FÓSFORO INORGÁNICO: es el componente principal de muchos aditivos utilizados en el procesado de alimentos, los conocidos como fosfatos. Se emplean para aumentar palatabilidad y vida útil. En este caso, su absorción es del 90-100 %, por lo que tienen un mayor efecto en la hiperfosfatemia que una cantidad equivalente de fósforo de origen natural.

  • Son fuentes comunes de fósforo inorgánico las bebidas de cola, bollería, salchichas, galletas, comidas congeladas, quesos procesados y para untar, productos instantáneos, comidas precocinadas, etc. Es difícil cuantificar su presencia en los alimentos ya que no es obligatorio especificar la cantidad, en cambio sí es obligatorio indicar su presencia en el listado de ingredientes, por lo que os recomendamos estar atentos siempre a esta parte del etiquetado nutricional.

Para más información sobre los fosfatos puedes visitar nuestro canal de Youtube y ver el vídeo «La importancia de los aditivos alimentarios en la ERC» .