ERC
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La enfermedad renal crónica afecta a una de cada siete personas en nuestro país.

La enfermedad renal crónica (ERC) es un estado caracterizado por una disminución significativa y progresiva de la función de los riñones. La ERC se define como una disminución de la función renal, expresada por un filtrado glomerular (FG) o por un aclaramiento de creatinina estimados < 60 ml/min/1,73 m2, o como la presencia de daño renal de forma persistente durante al menos 3 meses.

El daño renal se diagnostica habitualmente mediante marcadores, el principal marcador de daño renal es una excreción urinaria de albúmina o proteínas elevada. Dentro de la ERC se encuentran diversos estadios que estratifican el nivel de progresión de la enfermedad.

Las enfermedades del riñón, en general, se conocen como nefropatías y tienen una evolución variable:

  • Unas veces se afecta rápidamente la función de los riñones, otras poco a poco.
  • En ocasiones, no hay curación y el daño sigue su curso, y en otras, se consigue parar la enfermedad y se recupera parte, o prácticamente toda, la función de los órganos.

En cualquiera de los casos en los que la enfermedad renal sea imparable, o la lesión sea muy importante, la parte que quede en funcionamiento irá disminuyendo y su trabajo de limpieza será insuficiente, aunque la persona no lo note al ser asintomática, o tenga síntomas que no relacione con la pérdida de función renal.

Imagen descriptiva de las fases de la ERC, su descripción y su Tasa de filtración glomerular.

Los estadios 3-5 constituyen lo que se conoce habitualmente como Insuficiencia Renal Crónica (IRC). La Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA) incluye los estadios 4 y 5. Se define por tanto como enfermedad renal crónica aquella que causa un descenso grave del filtrado glomerular (FG < 30 ml/min).  Los objetivos terapéuticos están dirigidos a disminuir y tratar las complicaciones asociadas a la insuficiencia renal, y preparar de forma adecuada, y con suficiente antelación, el tratamiento sustitutivo ya que debido a esta falta de función de los riñones (entre otras consecuencias, desciende la cantidad, y calidad, de la orina) se irán acumulando en el cuerpo sustancias no eliminadas en la orina.

Esta patología puede no producir dolor ni malestar, y en muchos casos no se tendrá sensación de enfermedad, incluso aunque se haya perdido gran parte de la función renal. Sin embargo, la labor de seguimiento en las consultas de nefrología puede retrasar mucho la progresión de la enfermedad, llegando a frenarla en algunos procesos si se actúa al principio.

Es muy importante que la persona que padece estos problemas los conozca y colabore con los profesionales encargados de su cuidado. En este periodo de seguimiento, en la consulta de nefrología se controlarán todos los factores de riesgo que puedan modificarse, las enfermedades que puedan aparecer, los medicamentos que perjudican la función renal, los alimentos recomendados y los que no, etc.

Síntomas

Algunos de los síntomas que pueden aparecer al disminuir la función renal son:

  • Los riñones dejarán de fabricar orina y si la fabrican, cada vez será más clara ya que no se estará eliminando las sustancias tóxicas de nuestro organismo (se quedan en la sangre).
  • Acumulación de líquidos y desechos en el cuerpo, lo que nos provocará malestar general.
  • Aumento de la micción nocturna.
  • Sensación de cansancio y, en casos de también tener anemia, color pálido de la piel.
  • Falta de apetito y, a veces, náuseas y vómitos.
  • Hipertensión arterial.
  • Puede tener fiebre sin otra causa.

Si la ERC avanza, pueden aparecer más síntomas como:

  • Picores en la piel.
  • Hormigueo y calambres, sobre todo, en las piernas.
  • Dolor de huesos.
  • Mal aliento.
  • Calor paja de la piel.

Sin embargo, no hay que olvidar que, a veces, la disminución de función renal no va acompañada de sintomatología hasta estadios muy avanzados de la enfermedad, por eso se dice que es una enfermedad silenciosa, pero esto no significa que la ERC no esté presente y no progrese.

Imagen de persona tomando la tensión a otra y ésta ha salido muy alta.
Riñón de juguete sujetado con una mano que está diseccionado y se ven las partes de un riñón

Tratamiento

Aquellas personas en un estadio avanzado de la enfermedad requieren de un tratamiento que compense las funciones principales de los riñones ya que al, estos, no funcionar, o no funcionar bien, se acumulan muchas toxinas y líquido nocivo para su organismo.

Actualmente, hay cinco tipos de tratamientos sustitutivos renales:

  1. Hemodiálisis – es un procedimiento por el cual la sangre, a través de un sistema de tubos, llega al riñón artificial (máquina), atraviesa un filtro especial y se retornada al cuerpo. El paciente ha de desplazarse cada dos días al centro de diálisis para recibir el tratamiento.
  2. Hemodiálisis domiciliaria – es el mismo procedimiento que la hemodiálisis, pero se realiza en el hogar de la persona afectada. Para ello se realizará un entrenamiento hospitalario para aprender el funcionamiento de la máquina dializadora y el modo adecuado de punción o, en su caso, de conexión al catéter.
  3. Diálisis peritoneal – es una técnica en la cual la sangre se limpia dentro del abdomen de la persona con ERC, que hace de filtro. Tiene la ventaja de la flexibilidad horaria, igual que la hemodiálisis domiciliaria. Es una técnica que se realiza a lo largo del día.
  4. Diálisis peritoneal con cicladora – la técnica es la misma que la diálisis peritoneal lo único que se realiza en horario nocturno y de manera automática a través de la cicladora, encargada de realizar los recambios.
  5. Trasplante renal – el trasplante consiste en implantar un riñón a una persona a la cual los riñones no le funcionan. Cuando es posible realizarlo, es la solución más deseable por:
  • Permite a la persona liberarse de la dependencia a una máquina.
  • Desaparecen los síntomas de la enfermedad y las limitaciones que implica la diálisis, con una gran mejora en la calidad de vida de la persona trasplantada.

El riñón que se trasplanta procede de:

  • Un donante vivo, donde las características del donante y del receptor han de ser compatibles para evitar el rechazo. Normalmente, son personas emparentadas entre sí.
  • Un donante fallecido, que en vida ha donado sus órganos para que puedan salvar otras vidas.

Cada año se pierden millares de vidas porque no hay suficientes donantes de órganos. Un órgano, si se trasplanta con éxito, es, literalmente, un regalo de vida.

Quirófano donde los cirujanos están realizando un trasplante

Prevención

Una vez explicado todo esto, decir que uno de los objetivos de nuestra entidad es evitar que más personas sean diagnosticadas de ERC, es decir, empezar por el principio para ahorrarnos todo el camino explicado con anterioridad.

Sabemos que hay enfermedades que no se pueden evitar, pero en muchos casos, podemos poner de nuestra parte para influir positivamente en nuestro cuerpo.

Aquí os dejamos varias ideas para conseguir hacerlo:

  • Controla la glucosa
  • Evita el estrés
  • Evita fumar
  • Acude al médico ante molestias urinarias, alteraciones o mal aspecto de la orina
  • Controla la tensión arterial
  • Lleva una dieta rica en verduras, vegetales y legumbres, y baja en grasas saturadas
  • Evita el exceso de peso
  • Toma siempre la medicación bajo control médico
  • Evita el consumo de alcohol
  • Realiza actividad física regularmente
  • Cocina tus alimentos hervidos o a la plancha
  • Disminuye el consumo de sal
  • Cumple el tratamiento para procesos infecciosos

Para más información te invitamos a ir a esta sección.  

Otra forma de vivir la enfermedad