La anemia ferropénica o déficit de hierro es una valoración que indica una producción menor de glóbulos rojos, es frecuente en pacientes con enfermedad renal crónica (ERC), especialmente en aquellos pacientes en hemodiálisis (85-90 % de los casos). Además, es probable que requieran de estimulantes de la eritropoyesis, pues la principal causa que se relaciona con la anemia es una producción inadecuada de la eritropoyetina, hormona estimuladora de la médula y por tanto productora de glóbulos rojos (relacionados con la concentración de hemoglobina y por tanto de oxígeno en el organismo).

Otros factores vinculados a una anemia en la ERC son: malnutrición, inflamación hepática (hepcidina), hemólisis, déficit de hierro, pérdida de sangre (dializadores, digestivas…), déficit de vitaminas del grupo B, uremia, hiperparatiroidismo secundario, hipotiroidismo, intoxicación por aluminio, hiperesplenismo, mal absorción intestinal (bloqueantes H2, quelantes, inhibidores de la bomba de protones…).

Diagnóstico de ferropenia según valores en sangre:

  • Concentración de ferritina sérica: < 100 ug/L
  • Índice de saturación de transferrina: < 20 %.
  • Hematocrito: mujeres adultas 35,5-44,9 %, hombres adultos 38,3-48,6 %.
  • Hemoglobina: mujeres adultas 13,2-16,6 g/dl, hombres adultos: 11,6-15 g/dl.

Además de la analítica completa, existen otros métodos diagnósticos adicionales: endoscopia, colonoscopia y/o ecografía.

Síntomas y signos característicos de la anemia: fatiga, debilidad, piel amarillenta (ictericia), inflamación, arritmia, dolor cardiaco, uñas quebradizas, falta de apetito, apetito por sustancias no nutritivas (hielo, almidón) …

Abordaje nutricional:

  • Hierro hemo: el hierro hemo es de origen animal, presenta una alta biodisponibilidad, por lo que su asimilación y absorción es más rápida y eficiente.

 Alimentos ricos en hierro hemo: almejas, berberechos, chirlas, hígado, sangre, sesos, carne de caballo, ostras, mejillones, lomo embuchado, sardinas, carne de vaca, huevo…

  • Hierro no hemo: el hierro no hemo es de origen vegetal, presenta una biodisponibilidad menor, requiere un proceso de biotransformación para ser utilizado por el organismo. Su absorción aumenta cuando es acompañado de una fuente de vitamina C, como pudiera ser: pimientos, col, coliflor, mandarina, frambuesas, espárragos, perejil…

Alimentos ricos en hierro no hemo: habas secas, lentejas, garbanzos, judías, almendras, avellanas, higos, espinacas, albaricoques, remolacha…

  • Alimentos que dificultan la absorción del hierro y, por tanto, no deben tomarse:

Taninos: presentes en té, manzanilla, mate, infusiones…

Alcohol: cerveza y vino.

Oxalatos: presentes en espinaca, remolacha, acelga, cacao, pimiento, frutos secos, apio…

Alimentos ricos en calcio: quesos, yogur, lácteos, sardinas, gambas, langostas, almendras, higos secos, garbanzos, judías, acelga, espinaca, cardo, coles…

Alimentos ricos en zinc: semillas de calabaza, levadura de cerveza, avellanas, almendras, avena, crema de cacahuete…

Alimentos ricos en magnesio: avena, plátano, quinoa, nueces, chocolate, almendras, pipas, pan integral, berros…

Algunos de los alimentos que se indican no son aptos de manera general para las personas con ERC, sólo bajo supervisión profesional y según las necesidades analíticas de cada momento, y persona.

La anemia es una afección muy característica de la ERC, no dudes en acudir al médico o al nutricionista si sientes alguno de los síntomas o signos para realizar un abordaje completo según tu analítica y el estadio de su enfermedad renal, mejorar la calidad de vida siempre es una opción.