Hoy en el blog quería hablar del efecto del arrastre también conocido como efecto Bandwagon.
Este sesgo es el equivalente a “subirse al carro” y es un fenómeno que describe la tendencia que tenemos de seguir lo que hacen los demás. El efecto de arrastre es un tipo de pensamiento grupal, a medida que más personas adoptan una tendencia, es más probable que otras personas también lo hagan. Esto sucede porque cuando parece que todo el mundo está haciendo algo, existe una presión para conformarse y acabar por seguir esa tendencia.
La necesidad de formar parte del grupo, es decir el miedo a la exclusión, también juega un papel muy importante en el efecto del arrastre. Por norma general la gente prefiere posicionarse de acuerdo con lo que está haciendo la mayoría, pues es una forma de garantizar la inclusión y aceptación social.
Las personas nos solemos ver afectados por este sesgo a diario, ¿recuerdas haber comprado alguna vez algo que finalmente te diste cuenta que no querías? ¿recuerdas haber tomado una decisión con la cual no estabas conforme?
No siempre, pero sin embargo existen casos en los que este sesgo cognitivo puede traer problemas y para ello tenemos que estar en alerta ante la posibilidad de estar siendo influenciados de manera negativa.
Aquí os dejamos algunas cuestiones que podéis plantearos siempre que vayáis a tomar una decisión importante:
- ¿Está mi decisión influenciada por alguien o por el grupo? Piensa si esas personas son de confianza y si tomarías la misma decisión si el resto estuviese en contra de esa opción.
- ¿Cuánto valor le estoy dando a las opiniones de los otros? ¿Y a mi opinión?
- ¿Si mi decisión fuera en contra de lo que piensa o hacer el grupo me sentiría cómodo/a?
Convivir con la enfermedad renal crónica nos hace estar tomando decisiones constantemente, sobre todo las relacionadas con el cuidado, por ejemplo: seguir las instrucciones dietéticas o no, escoger el tipo de tratamiento que más nos conviene, seguir las pautas médicas o no, cumplir con las citas médicas, dializarse los días correspondientes, etc.
Por ello es necesario que seamos los dueños de nuestras decisiones, y no nos dejemos arrastrar por las orientaciones de otras personas, sobre todo cuando nuestro bienestar depende de ello.